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Tips para cerrar un balance sólido y sin sobresaltos

  • Foto del escritor: Nera
    Nera
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura
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Va terminando el año y llega el momento de empezar a hacer números para cerrar el ejercicio 2025. Un balance bien cerrado no es un trámite: es una herramienta financiera. Esto te resultará útil tanto para planificar como para presentarte ante las entidades financieras, quienes -a la hora de calificarte- consideran tu solvencia, organización, previsibilidad y disponibilidad de activos.


Te dejamos algunos tips a tener en cuenta para hacer este proceso más efectivo y que tengas hecha la tarea al momento de sentarte con el contador.


Empecemos repasando las diferencias entre cierre contable y cierre fiscal. Mientras que el cierre contable se centra en la elaboración de los estados financieros al finalizar el año fiscal; el cierre fiscal se centra en los aspectos impositivos y su posterior cumplimiento

En el agro, la contabilidad tiene complejidades y especificidades que la hacen única. De hecho, por eso existe la resolución técnica n°22 de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas que busca asegurar que los estados contables reflejen la realidad de las actividades agropecuarias.

Este documento se enfoca en la vida útil biológica de los activos, las transformaciones biológicas que estos sufren y la importancia de reconocer el valor de la producción en cada estadío y no solo en su momento de venta.

Ahí podés encontrar el detalle de la información a revelar en los estados contables, desagregaciones y explicaciones que permitan comprender mejor las particularidades de la actividad.


¿A qué puntos tenés que prestar atención?


  • Que ingresos y gastos estén registrados correctamente y que los saldos de clientes estén al día.

  • Que los activos estén registrados y que se apliquen amortizaciones y depreciaciones.

  • Realizar las conciliaciones bancarias para garantizar la exactitud de las disponibilidades.

  • Revisar saldos pendientes de proveedores para que no haya duplicidades o errores.

  • Revisar posibles deducciones impositivas permitidas.

  • Fijar fecha de cierre en momentos de menor stock

    • Por ello en lo agrícola saber que almacenar es como vender, tener el grano en stock equivale a haberlo vendido, pero sin tener el dinero cobrado ni las retenciones como créditos impositivos.

    • Y en ganadería apostar a la compra de hembras para destinar a vientre; en establecimientos de cría estar atentos a los movimientos de los últimos tres meses ya que la categoría del animal más comercializado será la base de valuación.

Como última recomendación, en el futuro es imprescindible llevar adelante el ejercicio de la planificación fiscal. Esto es clave para poder capturar deducciones, exenciones y créditos fiscales disponibles para reducir la carga tributaria.

En momentos de márgenes ajustados, una mayor producción, una mejor financiación o un buen análisis fiscal pueden mejorar los indicadores al final del camino.

Realizar un cierre riguroso del balance, convierte datos fragmentados en información estratégica. Organizarse permite identificar aciertos, áreas de mejora, optimiza la inversión de recursos y facilita la planificación del próximo ciclo con mayor previsión.


 
 
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